Sólo cuando te privan de llevar las uñas pintadas es cuando descubres que debería ser un derecho fundamental. Porque una puede llevarlas cuidadas i bonitas, pero afrontémoslo, el brillo no llena.

Ahora que por fin tengo la oportunidad de llevarlas como a mi me gusta, estoy experimentando con colores. En verano soy muy de colores flúor, o aguamarinas, porque me encanta el contraste que hacen con la piel morena. En invierno me gustan más oscuros, como el cereza, el púrpura o el gris.

Pero claro, una está en crisis y no tiene el dinero suficiente como para gastarse 20€ cada dos por tres en Le Vernis de Chanel (normalmente me compro uno al año, este año caerá el mimosa por mi cumpleaños). Así que he tenido que buscar otras marcas más asequibles. Soy muy fan de los pintauñas de H&M porque aunque no duran demasiado, cubren bastante bien, y son brillantes. Los de Sephora tienen aparentemente más calidad, pero en realidad suelo evitar comprarlos, a menos que tengan un color que no tenga ninguna otra marca. También he probado los de Deliplus y los que venden en el Schlecker, pero depende de qué pigmento utilicen, no cubren demasiado bien.

Mis más recientes descubrimientos han sido Kiko y Flormar. Són marcas que hasta poco eran bastante desconocidas, al menos aquí en Barcelona. Me atrevería a decir que hasta la apertura del centro comercial Las Arenas casi nadie sabía de su existencia. Kiko me gusta porque por un precio muy asequible, tienens todo tipo de instrumentos para arreglarte las uñas, como por ejemplo limas para pulir y dar brillo, marcadores para manicura francesa, una especie de bolis para cutículas y para corregir el esmalte que se te ha pasado de la uña… Y tienen millones de colores que renuevan cada temporada. Flormar tiene tres cosas que la diferencian de Kiko: sus esmaltes con efecto brillante (con un toque dorado o plateado), su laca secadora instantánea y sus pigmentos para decorar. Es una marca de calidad media, de fácil aplicación (no son demasiado líquidos, ni demasiado viscosos) y resultadofinal más que aceptable.

Hay otras marcas, como por ejemplo la archiconocida OPI, pero no estoy muy segura de cómo conseguirlos por aquí, si alguien lo sabe, que nos comente, por favor !!

Y ya si tenéis la suerte de tener un sueldo estable, os recomiendo el último grito en uñas: la manicura shellac. Se trata de una manicura semipermanente, que te ponen en el salón de belleza y que tienen que quitarte también ellos, y que dura entre 2 y 3 semanas sin cascarillarse ni deteriorarse. Cuesta entre 20€ y 40€ dependiendo de dónde os la hagáis, y es una alternativa para aquellas de vosotras que como a mi, os den grima las uñas de porcelana. Además, endurecen la uña, y no la maltratan tanto como las de gel o las de porcelana. El único pero es que no tienen un abanico demasiado amplio de colores a elegir.

Espero haberos servido de inspiración, corred a haceros la manicura low cost !!